Mantener una distancia de seguridad correcta es imprescindible para conducir con seguridad.
En este post os hablamos sobre su importancia, los consejos para lograr respetarla en todo momento, y las consecuencias de no mantenerla.
En primer lugar, la distancia de seguridad entre vehículos es una separación protectora y vital, que puede evitar una colisiones o choques por alcances en frenadas repentinas. Este asunto, causa decenas de miles de accidentes al año, con centenares de personas fallecidas y miles heridas gravemente. Es por ello, que el Reglamento General de Circulación (art. 54) obliga a todos los conductores que circulen detrás de otro vehículo a mantener una distancia de seguridad entre ambos que le permita detener el coche con seguridad y sin colisionar con él. Esta distancia entre vehículos también incluye adelantamientos.
Además, cuando nos encontramos en un atasco, respetar las normas es más importante aún, ya que estas situaciones dan lugar a pequeños impactos que llegan incluso a empeorar la retención.
¿CÓMO MANTENGO LA DISTANCIA DE SEGURIDAD ADECUADA?
Lo primero que debemos tener claro, es que esta distancia permite circular asegurando un espacio suficiente que nos permite reaccionar y frenar ante un peligro sin colisionar con el vehículo que tenemos delante. Sin embargo, cuando estamos en marcha, no resulta tan fácil calcular cuál es la distancia exacta y cómo adaptarse al tráfico, a diferencia de cuando estamos parados. Es por ello, que como conductor puedes beneficiarte de los siguientes consejos.
Tal y como recomienda la Dirección General de Tráfico (DGT), debemos mantener una distancia de seguridad de 2 segundos entre los vehículos, ya que este es el tiempo que se tarda en realizar una frenada de emergencia. Si circulamos a 120 km/h, en tres segundos se recorren aproximadamente 100 metros (la longitud de un campo de fútbol), una buena referencia para calcular la distancia de seguridad necesaria.
La DGT expone la Regla del Cuadrado para hacer más fácil el cálculo de la distancia recomendada. Se trata de una norma que determina la distancia exacta a mantener con el vehículo que conduce por delante, teniendo en cuenta la velocidad a la que circulamos.
Te explicamos la Regla con un ejemplo: Si conduces a 50 km/h debes eliminar la última cifra de este número y multiplicarlo por sí mismo. Es decir, multiplicamos 5 por 5 (obviando el ‘0’ de ’50’). El resultado, 25, son los metros de distancia de seguridad que debemos mantener.
También existe un truco más sencillo que te ayudará a mantener la distancia recomendada. Deberás tomar una referencia fija de la carretera (señal de tráfico) y, desde que la pasa el coche que nos precede (nuestra referencia móvil) hasta que pasamos nosotros, contar 1101, 1102 – lo que iguala los dos segundos.
Para calcular la distancia de seguridad entre vehículos, también es necesario contemplar, además de la velocidad, las condiciones de frenado y la adherencia, ya que ante frenadas muy fuertes en asfalto mojado tres segundos pueden no ser suficientes.
Por otro lado, si circulamos por carreteras con un carril por sentido, también debemos ampliar la separación, para permitir un adelantamiento seguro al vehículo que nos sigue. En caso de encontrarnos en el interior de un túnel, la distancia de seguridad deberá ampliarse, al menos a 4 segundos de intervalo.
¿NO RESPETAR LA DISTANCIA DE SEGURIDAD TIENE CONSECUENCIAS?
Como hemos comentado a lo largo del artículo, circular muy pegado al coche de delante es peligroso, pero, además nos puede costar caro. La Ley de Tráfico establece que no respetar la distancia de seguridad con el vehículo precedente supone una infracción grave. Como consecuencia, esto conlleva una multa de 200 euros y la pérdida de 4 puntos del permiso de conducir.